Es otra técnica que supone un plus de eficacia en los últimos tiempos en lo referente a la obtención de los mejores resultados en la lucha contra la celulitis, la flacidez y la pérdida de peso, sin tener que recurrir a la ayuda del bisturí. En concreto se trata de una técnica en la que la generación de un campo eléctrico en la que se va produciendo el cambio de positivo a negativo, genera a su vez calor, tal calor de la piel y del tejido subcutáneo permite lograr reacciones en el organismo que propician su adelgazamiento. Una vez la piel y el tejido subcutáneo se han calentado, se favorece el drenaje linfático y en consecuencia, la disminución de líquidos y toxinas, consiguiendo además que los adipocitos reduzcan algo su tamaño.