Al no reponer la pérdida de volumen nuestro riñón compensa elevando la presión arterial, y por cada porcentaje de pérdida de agua la temperatura corporal disminuyendo las ventajas térmicas relacionadas con el ejercicio físico
aeróbico, rendimiento deportivo, intelectual, afecta la memoria corto plazo, la
atención, fatiga, facultades aritméticas, rapidez psicomotriz, rapidez de
decisiones perceptivas.
Empeora el proceso digestivo, aumenta la probabilidad de infecciones y
reacciones alérgicas.