Durante ciertas épocas del año bajamos la guardia y modificamos nuestras rutinas, cambiamos los horarios de las comidas, los horarios de sueño, etc. Este tipo de conductas ponen a prueba a nuestro mecanismo defensivo, comprometiendo con ello nuestro estado de salud. Por otro lado, el medio ambiente supone un continuo desafío para nuestras defensas.
Muchos son los factores que pueden alterar nuestras defensas, unos dependerán de nosotros, puesto a que son cambios internos (enfermedades autoinmunes, cambios estacionales, edades extremas de la vida), pero existen otros factores externos sobre los cuales si podemos actuar.
La alimentación es un factor muy importante para el sistema inmunológico. Si es inadecuada o insuficiente se produce una caída de las defensas.